Relación entre el dolor y las emociones

Relación entre el dolor y las emociones

Existe una relación entre el dolor y las emociones. Cada vez nos alejamos más de la percepción de que el cuerpo funciona de manera separada con la mente. Pues diversos estudios confirman que los daños emocionales pueden llegar a tener consecuencias fisiológicas que se manifiestan de diferentes formas.

Una de estas maneras en que las emociones negativas se reflejan en el cuerpo es a través del dolor físico. El cual muchas veces experimentamos de manera crónica, como consecuencia de cargas emocionales que llevamos durante mucho tiempo en nuestras vidas.

Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en las investigaciones de Krantz et al. En las cuales se encontró una fuerte asociación entre los rasgos de ira y hostilidad con la presencia de dolor torácico no asociado a anginas en mujeres carentes de enfermedades coronarias.

Pero este tipo de dolor es solo uno de muchos posibles que se pueden manifestar debido a que existe una amplia variedad de problemas emocionales que podemos llegar a somatizar, dependiendo de nuestra personalidad, experiencias y percepciones personales.

En cualquier caso, lo que no se puede negar, es que nuestro cuerpo encuentra la manera de alertarnos de manera dolorosa cuando nuestras emociones negativas están desbordadas o descontroladas. Es por ello que debemos prestar mucha atención a las señales.

Si bien cada persona es diferente y es importante atender nuestras dolencias desde el punto de vista médico profesional, también es necesario considerar las posibles causas emocionales que se esconden detrás del dolor.

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De esta manera podremos trabajar en la recuperación de la salud y el bienestar desde todos los frentes posible, a fin de alcanzar el equilibrio físico y emocional que nos permita lograr una vida plena y satisfactoria.

Sanar nuestras dolencias implica prestar atención a sus causas emocionales | Foto Pixabay

Algunos ejemplos de dolores emocionales

  • Cefaleas: están frecuentemente relacionados con situaciones estresantes o de tensión. En general, aparecen en momentos de preocupación, cuando se requiere tomar decisiones importantes.
  • En hombros: se asocia con cargas emocionales excesivas, como cuando se asumen problemas que no nos corresponden o se acumulan sentimientos negativos o de rencor.
  • Parte superior de la espalda: puede ser una señal de que experimentamos sensaciones de confusión, soledad, o de que carecemos de apoyo emocional.
  • Dolor de cuello: podría indicar que se han acumulado sentimientos de resentimiento en contra de otras personas, así como la incapacidad para perdonar y liberar tensiones.
  • En la espalda baja: comúnmente relacionados con preocupaciones de índole económica y/o que generan alta tensión.
  • Dolores de estómago: los dolores y trastornos gastrointestinales suelen vincularse con las dificultades para aceptar situaciones que no se pueden cambiar en algún aspecto de la vida.
  • Rodillas: con frecuencia son una manifestación de una dura auto crítica y una fuerte exigencia hacia nosotros mismos. También puede indicar problemas de orgullo o vanidad.
  • Dolor de cadera: son indicio de que experimentamos mucho miedo de enfrentar nuevos retos o de realizar cambios significativos en tu vida.
  • Dolor de pies: se relaciona con un estado de ánimo bajo, tristeza o depresión. También puede indicar que sientes mucha negatividad en tu entorno.

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