relación entre cuerpo y emociones

Cuál es la relación entre el cuerpo y emociones

No se puede negar que existe una relación entre el cuerpo y emociones. Puesto que, así como todos experimentamos emociones, también hemos podido constatar los síntomas físicos con los que estas se manifiestan.

No es casual que con frecuencia utilicemos frases como “un nudo en la garganta” o “una patada en el estómago” para describir la forma en la que nos hacen sentir ciertas emociones. Pues es un hecho que estas provocan manifestaciones físicas totalmente reales.

Cuando atravesamos un proceso emocional, varias estructurales cerebrales liberan hormonas que provocan cambios corporales. Por ejemplo, cuando sentimos miedo, nuestro corazón late más rápido para bombear más sangre, y nuestra respiración se acelera para aumentar la oxigenación.

Otro ejemplo ocurre es que, al sentir enojo o ira, una emoción que nos empuja a tomar acciones y a defendernos cuando es necesario, solemos mostrar síntomas físicos como la tensión corporal, el aumento de la temperatura y/o dolor de cabeza.  

Así el cuerpo se convierte en una especie de espejo donde se refleja nuestro estado emocional. Pues a través de las reacciones corporales podemos identificar los distintos tipos de emociones, bien sea enojo, miedo, asco, felicidad, tristeza, etc.

Numerosas investigaciones han corroborado la influencia de las emociones en el cuerpo físico. Puesto que incluso existen estudios científicos en los que se ha demostrado que cuando sentimos dolor físico y emocional se activan áreas similares del cerebro.

Varias investigaciones han corroborado la influencia de las emociones en el cuerpo físico | Foto Pixabay

En qué partes del cuerpo se concentran las emociones

Hace unos años, un grupo de investigadores finlandeses obtuvieron unos resultados muy interesantes acerca de la relación entre el cuerpo y emociones.

En este estudio, los científicos pidieron a un grupo de 700 participantes de diferentes nacionalidades, señalar en una silueta las partes del cuerpo que se activaban o desactivaban frente a ciertos estímulos emocionales. Como fragmentos de video, conversaciones y diferentes expresiones faciales.

Los resultados de la investigación arrojaron que, sorprendentemente, casi todos los participantes marcaron zonas de la misma manera. Por ejemplo, en el caso de estímulos de enfado, miedo, tristeza y sorpresa las áreas marcadas fueron la cabeza y la parte superior del cuerpo.

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Emociones positivas como la felicidad y el amor, se reflejaron prácticamente en todo el cuerpo. Pero emociones más complejas como el desprecio, se concentraban principalmente en la cabeza y las manos. Mientras que la ansiedad se manifestó más intensamente en el tronco.

Cabe destacar que, un estudio posterior de este mismo grupo de investigadores, concluyó también que la intensidad de las emociones se encuentra directamente relacionada con la intensidad de las sensaciones físicas generadas.

Otro punto a destacar sobre estos experimentos es que confirma la universalidad de la respuesta emocional. Ya que, aunque la manera de expresar las emociones puede ser muy diferente según la cultura, las sensaciones derivadas de las emociones, son comunes en todos los seres humanos.

Por todo lo anterior, es fácil concluir que, el estar atentos a las señales de nuestro cuerpo, puede ser fundamental para gestionar adecuadamente nuestras emociones y viceversa. Lo que en definitiva podría ayudarnos a tener una vida más plena, equilibrada y feliz.

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