Inteligencia Emocional

El poder de las emociones

Todos hemos oído o leído acerca de las “emociones”, y por supuesto, todos las hemos experimentado. Pues las emociones son universales, es decir, se manifiestan de manera similar en todas las personas, independientemente de la cultura en la que crecemos.

 Las emociones constituyen reacciones inmediatas y adaptativas a ciertos estímulos que percibimos del exterior, nos permiten expresar nuestro estado de ánimo y juegan un papel importante en la comunicación no verbal.

Cada persona experimenta las diferentes emociones de manera distinta, con base en sus propias experiencias, y algunos de los comportamientos que se derivan de estas pueden ser innatos, mientras que otros se adquieren mediante aprendizaje. 

Las emociones han sido clasificadas atendiendo a varios criterios. Uno de los más empleados las divide en básicas o primarias, y sociales, o secundarias. Las primarias se refieren a las que presentamos desde nuestro nacimiento, mientras que las secundarias son consecuencia de la socialización y el desarrollo cognitivo.

 

EMOCIONES BÁSICAS Y PRIMARIAS

De acuerdo con el planteamiento propuesto por Paul Ekman, las emociones básicas son alegría, asco, ira, miedo, sorpresa y tristeza

hombre feliz
mujer con miedo

EMOCIONES SECUNDARIAS Y SOCIALES

Mientras que se consideran secundarias otras como los celos, la culpa, el orgullo, la vergüenza, etc.

mujer sorprendida
mujer tapándose los ojos
Por qué sentimos desmerecimiento

La importancia de la inteligencia emocional.

Otra clasificación propone la existencia de emociones positivas y negativas. En este caso, las emociones positivas son aquellas como bien su nombre lo indica, que afectan positivamente el bienestar de una persona, como por ejemplo la alegría. Todo lo contrario de las emociones negativas, las cuales se desean evitar.

Sin embargo, incluso las emociones que consideramos negativas o desagradables tienen un valor adaptativo. Pues estas fungen como marcadores en nuestra memoria, mismos que ayudan al hipocampo a fijar la información importante para la supervivencia.

Dependiendo del impacto emocional de una experiencia, somos capaces de modificar nuestra manera de pensar o sentir respecto a un determinado aspecto. Lo que significa que las emociones agradables o no, forman parte esencial de nuestro proceso de aprendizaje.

Por mucho tiempo se restó importancia a las emociones. Y es que, tanto en el seno familiar como en las instituciones educativas, se ha dado más relevancia a la transmisión de conocimientos prácticos, dejando de lado la educación emocional.

No obstante, diversos estudios han demostrado que las personas emocionalmente sanas están mejor preparadas para desenvolverse con éxito dentro de la sociedad. Pues la inteligencia emocional contribuye a un mayor rendimiento y bienestar.

Daniel Goleman, psicólogo y escritor estadounidense, fue el precursor del término Inteligencia emocional, la cual definió como; la capacidad de tomar conciencia sobre las emociones y aprender a gestionarlas de forma adecuada. Alcanzar una conciencia emocional requiere aprender a reconocer los

estados de ánimo propios y de los otros, relacionándonos mejor con los demás y con nosotros mismos, a la vez que establecemos ciertos límites en pro de nuestro bienestar. La inteligencia emocional es entonces, una herramienta fundamental para nuestra salud mental. Porque nos ayuda a desarrollar habilidades necesarias para tomar mejores decisiones. mejorando nuestro desarrollo personal y todo esto nos permite sentirnos más satisfechos y felices, alcanzando una mejor calidad de vida