Relación entre cervical y emociones
Como sabemos, la causa de muchos de nuestros malestares físicos se encuentra en las emociones. En esta oportunidad, hablaremos específicamente de la relación entre las emociones y la cervical, y de qué forma, comprender el origen emocional de las dolencias puede ayudarnos a sanarlas.
Es un hecho que las emociones y la cervical están vinculadas. Pues el estrés, las presiones y preocupaciones del día a día, así como problemas de inestabilidad o la sensación de falta de apoyo se manifiestan con dolencias y otros problemas de salud en esta área.
Específicamente las emociones negativas, tienen una incidencia importante sobre el dolor cervical y el dolor de espalda en general. Lo que tiene sentido si consideramos el hecho de que la columna vertebral representa protección, resistencia y apoyo, así como nuestra flexibilidad frente a la vida.
La región cervical, es decir, la parte superior de la espalda corresponde al centro energético cardíaco y está conformada por siete vértebras. Las cuales se vinculan con nuestra capacidad de comunicarnos y el grado de apertura que mostramos respecto a lo que vivimos.
Las primeras tres vértebras, C1, C2 y C3, se ven afectadas principalmente por sentimientos de desvalorización de las capacidades intelectuales. También reaccionan a la sensación de injusticia bien sea en la propia vida o alrededor.
La cuarta, quinta y sexta vértebra (C4, C5 y C6), que se ubican en el área cercana a la tiroides se encuentran estrechamente relacionadas con esta. Además juegan un papel importante en cuanto a la comunicación. Pues reaccionan cuando no nos expresamos o nos indigna lo que oímos.
La séptima vértebra, C7, se vincula principalmente con nuestro lado moral, las creencias y el lado espiritual. Reacciona cuando me enfrento a otras opiniones y puntos de vista con una mente cerrada.
La relación entre las emociones y la cervical puede ayudarme a sanar las dolencias
Debido a la estrecha relación entre las emociones y la cervical, gestionarlas de forma apropiada puede ayudarnos a sanar ese tipo de molestias. Para conseguirlo, es necesario aprender a escuchar nuestra voz interior y abrir nuestra mente.
Aprender a entrar en contacto con las emociones y sumirlas, además de aprender a expresarlas de manera adecuada y asertiva, nos ayudará a reactivar el flujo de energía normal en todo nuestro cuerpo.
También es importante aprender la lección de cada experiencia, dejando fluir la vida en lugar de enojarse y luchar contra esta. Aprendiendo a expresarnos de formas positivas, conectando con nuestro ser interior y respetando otros puntos de vista.
Debemos intentar ser más flexibles frente a todas las circunstancias e intentar el lado positivo de cada situación. Así como aceptarnos a nosotros mismos, y también a los demás independientemente de nuestras diferencias.
Cabe mencionar que identificar la causa emocional de la molestia física es fundamental para comenzar a sanar. En algunos casos es aconsejable contar con el acompañamiento de un profesional que nos guie en el proceso de resolución del conflicto y sanación.
Además de esto, podemos emplear algunas terapias alternativas, técnicas de relajación, así como diferentes tipos de ejercicios que pueden ser muy útiles para el sistema nervioso, porque nos ayudan a relajarnos, disminuyendo la tensión o rigidez.